Solía soñar
despierta, fantasear con la luna era su diversión, le hablaba, casi le exigía
le cumpliera sus deseos, cada cumpleaños lo esperaba con una chispa en su
mirada, la fuerza de sus deseos le había regalado a sus ojos una melancolía
fenomenal. Sonreía con timidez, era huraña, se volvió taciturna, con alma
vieja, guardaba flores en los libros ... las fechaba cuando secaban, olía las
paginas, cerraba los ojos y seguía soñando...en las noches claras miraba a la
luna como un gigante y levantaba su mano y caminaba con sus deditos en la
superficie, no se lo contaba a nadie...era su secreto...tenía la seguridad de
que en ese pueblo la gente no la entendería...pensaba que vivía en el
lugar equivocado, en aquel tiempo, cuando los niños creían en la cigüeña, ella
juraba que se le había caído del pico...Se decía a si misma que era una
mariposa, que sus alas le crecerían y volaría hacia la luna que la esperaba
para sellar el pacto...Y de tanto que pidió verlo llegar , tomarla de la mano,
caminar en la orilla y contemplar la luna juntos...Nunca llego...su procreador jamás
volvió...Entonces desmembraba flores...me quiere, no me quiere, me extraña. no
me extraña...y su corazón se hacía diminuto cuando el ultimo pétalo le decía
que no la extrañaba, que no la quería...no hacia trampas como los demás...pero
no perdía las esperanzas...y siguió soñando...pidiéndole deseos a la luna, pero
la luna ya está senil y la sigue engañando, como aquel que nunca volvió,
entonces ella cree que la luna y el son cómplices...Ya no se adorna la cabeza
con diademas de flores, no ya no...ahora son los deseos incumplidos, los sueños
rotos que se la adornan...
Mona©
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